Siempre habrá una flor en mis pensamientos, que impregne mi alma de dulces recuerdos... Siempre estará el beso que acaricia mi mejilla atesorado en el corazón de mi memoria... Siempre estarás en mi horizonte coloreando mis pasos: porque tu luz, es mi fuerza, abuela.
Siempre habrá un motivo para seguir cultivando el jazmín de la vida.